domingo, 20 de julio de 2014

El saber no ocupa lugar : Toda la Biblioteca Nacional cabe en un punto


Cada una de las letras mayúsculas y minúsculas, los espacios en blanco y los sígnos de puntuación los podemos identificas fácilmente con un número de tres cifras mediante un código (por ejemplo el código ASCII que usan los ordenadores). De este modo, cualquier libro, como El Quijote, podría reducirse a una lista muy larga, pero finita, de números.  Incluso las ilustraciones las podemos identificar también con una serie de números como hacen las fotografías digitales.

Ahora nos podemos imaginar que, no sólo un libro, sino todos los libros de la Biblioteca Nacional, unos detrás de otros, forman una cadena muy larga de números. Aún podríamos imaginar que añadimos a nuestra cadena de números todos los libros que se han escrito en todo el mundo desde que se inventó la imprenta.

Si consideramos el número real del intervalo [0, 1] cuya expresión decimal es un cero, una coma, y después la serie de números que representa todos los libros de la Humanidad, tendríamos identificado un solo punto del segmento unidad.

Así pues, toda la información contenida en todos los libros de la Biblioteca Nacional cabe en un sólo punto (sin largo, ni ancho, ni alto). En efecto, "EL SABER NO OCUPA LUGAR"


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